Reunion de Adoracion y Celebracion a Dios.

Reunion de Adoracion y Celebracion a Dios.

Boletín Nº 26: del 10 al 16 de setiembre de 2012


Editorial: 











                   






                                                                                                         La importancia de congregarnos. 2da parte. 


Salmo 122: 1: “Yo  me alegre con los que decían: A la casa del Señor iremos”. La semana pasada escribimos sobre la necesidad de congregarnos y hablamos de los que se justifican de no hacerlo porque ellos tenían sus reuniones en sus propias casas donde leían la Biblia, oraban y hasta cantaban; enviaban ofrendas a las iglesias que ellos quisieran hacerlo y así no corrían los peligros de tener que salir a la calle para ir a un  lugar determinado por la inseguridad. Nos imaginamos que los hijos de estas personas realizaran sus estudios también en sus casas y los padres tienen el trabajo o sus empresas en sus propias casas y así se libran por completo de los peligros de la calle; si no es así, ¿Por qué el único peligro del que se evitan es el de salir a congregarse, y los demás peligros SI los enfrentan? La respuesta es una sola: no le dan importancia a las cosas espirituales, lo de Dios es secundario o lo puedo acomodar de acuerdo a mi comodidad o conveniencia, no importando que la palabra de Dios ordene que: “no dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre”. Como si nos dijera: hay una costumbre que algunos tienen NO SE CONGREGAN, ustedes no imiten esa práctica porque es dañina. Eso sí, esas personas siempre esperan que Dios siempre los oiga y que les de lo que pidan, porque Dios siempre debe estar al servicio de ellos. O sea, en lugar de ellos servir al Señor, es el Señor quien debe servirlos a ellos; en otras palabras, estas personas invirtieron los papeles. El otro grupo que mencionamos son los que ahora no se congregan porque ellos hacen sus “cultos” viendo los programas de televisión; con el televisor oyen los mensajes, con el televisor oran y a los predicadores de TV que no los pastorean, no los ven, ni los conocen ni conocen sus nombres, ni los asisten en sus momentos de necesidad (enfermedades, problemas familiares, no los bautizan, no los casan, no les presentan los hijos al Señor, no los asisten a la hora de despedir un fallecido, no les  ministran la Cena del Señor; no les dan consejo cuando enfrentan un problema puntual, ni le atienden el teléfono en una emergencia) y sin embargo, le entregan sus diezmos y ofrendas y le dan la honra y le “obedecen”. Y creen que de esta manera le están agradando y cumpliendo con el Señor. Pues, déjenos que les digamos, están muy equivocados; lo están haciendo muy mal y se están haciendo un gran daño a sí mismos y a sus familias. Está demostrado científicamente que nada, absolutamente nada puede sustituir el contacto y calor personal, la relación cara a cara, persona a persona, el abrazo, el apretón de manos, el saludo, el compartir el conversar con otros y el escuchar en labios de otro nuestro propio nombre. Además es necesario que estemos conscientes de que quien instituyo la Iglesia e inclusive la comparo con un cuerpo, fue el mismo Cristo; y el mismo se identifico con ese cuerpo revelándonos que EL era la cabeza del mismo. Así lo leemos en la Palabra: Efesios 1:22-23 -  Efesios 4:11-16. Vemos que este cuerpo debe permanecer bien unido, para que se ayuden los unos a los otros, para que crezcan y se edifiquen en amor. NADA DE ESTO SE DISFRUTA O PRACTICA SI TE AISLAS EN TU CASA O SI CAMBIAS LA CONGREGACION POR UN TELEVISOR. Recordamos nuevamente el Salmo 133: 1 “Mirad cuan bueno y cuan delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía”. Sé parte de un discipulado, completa los estudios de escuela de líderes  y abre una casa de paz, para dar de lo que recibiste y hacer la transición: Te bendeciré y serás de bendición.  Si  no damos a otros que lo necesitan, no correrán ríos de agua viva sino que se vuelven estanques, estanques de egoísmo, bendíceme a mí, dime que me amas a mí, dame a mí, Nunca llegaremos a hacer lo que Dios nos mando a hacer si no estamos disponibles para él. ¿Quién irá por nosotros? Dios no se queda con nada, todo lo que has hecho por otros, Dios te lo va a devolver ciento por uno.
Somos el cuerpo de Cristo. ¿Ud. necesita saber qué es el cuerpo de Cristo? Ud. es el cuerpo de Cristo. Cuando Ud. dice: “Ah… yo no quiero cargar con esto, que lo haga la iglesia” recuerde e inclúyase ud.  mismo. Recuerde cuando diga “la iglesia” que no puede separar a la iglesia de Ud., porque si Ud. no es parte de la iglesia  Ud. no es de Cristo. Entonces, cuidado, cuando ud. dice “es por eso que no me comprometo tanto con la iglesia… no me involucro tanto en la iglesia, porque esta iglesia no funciona, porque aquí no pasa nada” porque cuando Ud. dice “la iglesia” está hablado de Ud. Mismo. Porque la iglesia no es el edificio, el edifico lo usamos para celebrar a Jesús. Pero la iglesia, NOSOTROS SOMOS LA IGLESIA. Ahora entienda esto, somos la iglesia, pero no tenemos todos las mismas funciones. Ahora si tenemos que hacer la diferencia: hay algunos que son manos, otros son ojos, otros pies, dedos gordos, oído, cabeza, rodilla, etc. Pero todos somos la iglesia. Cuando alguien peca, quien es afectado  eres tú y soy yo, no digas “la iglesia” porque tu vas a ser afectado. Por eso cuando se trata del cuerpo, cuando se trata de un hermano es parte de nuestro cuerpo. Dios quiere traer orden a la iglesia, para que nosotros no nos pisemos los callos los unos a los otros, es importante que entendamos y reconozcamos la función de cada uno, el DON de cada uno. Que lo RECONOZCAMOS. Cuando no hay reconocimiento del don, no se recibe los beneficios de ese don. La mayor parte de los profetas que han venido a esta casa, han dicho que su  don profético ha fluido mucho más que en otros  lugares; es porque  les enseñamos a reconocer y a recibir de otros dones. Necesitamos otros dones, profetas han profetizado el edificio donde estamos, como profetas tenemos que reconocerlos y si los reconocemos recibimos  LA PROFECIA y lo creemos. CREIMOS,  y por eso lo tenemos; porque actuamos en la palabra profética. Tenemos que reconocer que en cada nación en cada ciudad,  Dios tiene davides, el problema es que siempre los saules quieren destruir a los davides. Mientras no se reconozcan los davides de la ciudad, esos dones nunca van a hacer el efecto en el cuerpo, no se van a poder manifestar los planes que Dios tiene para nosotros. Porque el hecho de que Ud. Rechace la palabra, o la unción del que predica, que es dada por Dios, Ud. detiene la bendición que Dios quiere darle a través de esa persona. Ahora Ud. entiende porque hay ciudades o personas que no reciben, no se reconocen a los davides y siempre los saules están hablando mal de ellos, lo ves  porque que la ciudad no es bendecida. ¿Está recibiendo la enseñanza? ¿Lo recibe o lo rechaza? Somos el cuerpo de Cristo, una revelación sencilla, simple, como líder de casa de paz, como mentor, como ministro le va a cambiar la vida. ¿Ud. cree que el cuerpo de Cristo en el mundo está completo si le falta Ud.? ¿Si le falta ese hermano que a Ud. tanto le disgusta? Estará el cuerpo de Cristo completo sin ellos sin esos jóvenes que le aturden con la música? Seria arrancarnos una mano, un dedo, no está completo. Yo soy el cuerpo de Jesús, cada vez que atacan  a un miembro no digas: deja que lo ataquen a él. Cristo no lo dijo así, El dijo me hiere, me duele, es mi cuerpo. Cuando Saulo perseguía a la iglesia, no le dijo Jesús: ¿porque los persigues a ellos?; le dijo porque ME persigues. Entonces, cuando ves a tu hermano: lo condenas o lo restauras? Si le duele a Jesús, te tiene que doler a ti. ¿Qué es el cuerpo? Es el agente o instrumento de Jesús cuyo propósito es TOCAR  el ámbito del espacio, del tiempo y de la materia. El ámbito físico. Nosotros somos el cuerpo por el cual Jesucristo toca todo lo que sea físico, materia, tiempo y espacio. La relación de Jesús y la tierra la determina su cuerpo. ¿Quiénes de Uds. han visto a Jesús personalmente predicando por las plazas, orando por los enfermos, visitando los hospitales? ¿Qué cuerpo va a usar Jesús, que pies, que manos va a usar para sanar, para abrazar, para amar, para consolar, para restaurar? LAS NUESTRAS. Por mucho tiempo hemos tenido a Dios como nuestro mandadero y le decimos HAZ ESTO, HAZ LO OTRO, Y le damos instrucciones a Dios: ve y sana, toca esto, toca mi familia, ve a la cárcel, ve al hospital donde están los enfermos y sánalos; háblale a los inconversos, toca la ciudad, ve a mi oficina, ve a mi casa. El Señor te dice: no iré si no voy a través de tu cuerpo. Cristo en mí, a través de mí, para bendecir a otros. Jesús en mí, la esperanza de gloria. En otras palabras, hemos estado esperando, orando y orando, mandando a Jesús que haga lo que tenemos que hacer nosotros. La biblia dice que Jesús vino a la tierra, hace dos mil años, entrenó, enseñó y equipó a 12, a 70 y a 120 y ellos entrenaron y levantaron un ejército. Tengo un nuevo cuerpo dice Jesús, formado por  hombres y mujeres de todas las razas. Todos los que han creído y le han recibido como Señor y Salvador. ¿Como Jesús se relaciona con la tierra? A través del cuerpo, o sea, nosotros. Si  nosotros estamos demasiado ocupados, para estar disponibles cuando Dios nos necesita, déjame decirte que podemos retrasar los planes de Dios para nuestra ciudad y eso nos llegara tarde o temprano a las puertas de nuestra propia casa. Nosotros podemos retrasar las bendiciones de Dios para nuestra ciudad por no estar disponibles cuando el Señor nos llama, y el oído sensible a buscar lo que EL ama: las personas.
Oración del Código 1260: mi vida está bajo el pacto de inmolación; por lo tanto, no me dejare engañar, cumpliré la palabra. Todo lo que Dios dijo de mi, fluirá con poder y gloria. Velaré en el espíritu, derrotaré al individualismo, reconoceré al resto del cuerpo de Cristo que cumple cerca y lejos de mí, la visión y misión asignada por Dios, viviré todo el día conectado a la luz de la revelación, estoy en perfecta unidad con mi Dios. Yo amo lo que Dios ama.

Altar Familiar.  LA FAMILIA ES LA PRIMERA EMPRESA. Génesis 1:26-28 / 1 Corintios 11:3 / Mateo 6:33. Tener una mentalidad empresarial  es tener una visión de futuro y de expansión, pero cuando separamos la familia de los sueños, ambiciones o proyectos, estamos estableciendo un orden incorrecto del valor fundamental de la vida. Una empresa para mantenerse viva, necesita: Atención, Control, Amor, Dedicación, Inversión, Entrega, Fidelidad; si no se cumplen estos requisitos básicos, posiblemente la empresa muera en el tiempo. Todos esos principios los necesita una familia para poder mantenerse viva en el tiempo; esto es más que envejecer juntos en un mismo lugar, se trata más bien de extenderse y multiplicarse sin extraviarse del plan original de Dios para la familia.  Muchos hijos tuvieron el privilegio de nacer en un ambiente de mentalidad empresarial, e incluso fueron formados dentro de la actividad de una empresa, por lo tanto cuando se casaron, ya tenían adelantadas muchas cosas, y lo más seguro es que continuarían dedicados a la actividad empresarial para mantener la línea familiar y asegurar el futuro económico de su familia. Por otro lado muchos comenzaron de cero, algunos desde solteros, otros a partir de su casamiento, incluso,  hombres o mujeres que fueron ayudados por su pareja para terminar sus estudios; esto les permitiría seguramente luchar juntos por alcanzar sus sueños y anhelos, “alcanzar el éxito”. El gran dilema hoy es que en el tiempo, la mentalidad de progreso, el afán por tener cada vez más,  la necesidad de cubrir las expectativas de los hijos, la evolución tecnológica, las demandas de trabajo, etc., ha venido creando una competencia entre la empresa comercial o industrial y la empresa llamada familia. Por ejemplo, ¿Cuánto se le dedica al trabajo o a la actividad comercial, y cuanto tiempo de calidad tenemos con la familia (Hijos y conyugues)? No se puede ser exitoso en la vida queriendo tener una gran empresa, a costa del sacrificio de una familia.
ORDEN DE PRIORIDAD. Debemos reconocer que Dios es el dueño de todo. “No es con ejercito ni con fuerza, sino con su espíritu” que haremos las cosas bien y lograremos el verdadero éxito. La familia fue creada por Dios y si bien él hizo primero la tierra y sus recursos (empresa) se la entregó a una familia, para que la trabajara; por lo tanto, la familia es el agente principal para llevar adelante una gran empresa; si la familia está bien la empresa estará bien, pero si la empresa está bien y la familia no lo está, a la larga se desvanecerá. La empresa llamada Edén, se le acabó a la familia Adámica, porque no edificaron bien; el Edén se mantuvo vigente, porque quien lo creo no fue el hombre sino Dios, por eso el hombre tuvo que salir. Así suceden las cosas cuando no se edifica  con Dios. La familia es y debe ser una empresa consagrada a Dios; cuando Cristo no gobierna el hogar, existe un orden bajo los instintos humanos, esto hace que hagamos las cosas de acuerdo al punto de vista personal y no al plan original de Dios. Todo hombre, toda mujer  y todo hijo, requieren tener un lugar de prioridad en su familia y no desean ser desplazados por cosas que al final de cuentas son lo que decía Salomón: vanidad y aflicción de espíritu.