Reunion de Adoracion y Celebracion a Dios.

Reunion de Adoracion y Celebracion a Dios.

Boletín Nº 25: del 3 al 9 de Setiembre de 2012

Editorial: Congregarse es parte del proceso.
- Un recordatorio a nuestros discípulos y discípulas.
Altar Familiar: para malcriar un niño, solo hay que criarlo mal.

Congregarse en parte del proceso. 1ra parte.
Una de las partes del proceso por el que debemos proponernos llevar a las personas que ganamos para Cristo es lograr que se congreguen con regularidad. Lamentablemente en este tiempo muchos cristianos  han dejado de darle importancia a la necesidad y obligación que tenemos de congregarnos, por eso en este boletín y el de la semana próxima desarrollaremos este tema tan importante  y confrontaremos algunos de los pensamientos o argumentos que se dan para justificar estas prácticas. Algunos cristianos piensan que da lo mismo ir  a la reunión o quedarse en la casa, porque el Señor los conoce y ellos conocen al Señor. Así, por ejemplo, dicen que cumplen con el Señor en sus casas porque allí oran, leen la Biblia y hasta cantan, bien sea solos o junto con su familia a la que también han contaminado con este pensamiento; y solo cuando el Señor se los hace sentir envían ofrendas o diezmos a quien el mismo Señor les ponga en su mente o corazón, bien sea a una iglesia, un ministerio o algún necesitado (persona o institución). Otros están sustituyendo la  congregación por la televisión cristiana; inclusive se atreven a  decir que eso es voluntad del Señor, porque así no tienen que correr los  riesgos  o peligros que siempre encuentran en las calles; además dicen algunos se pueden escuchar variedad de mensajes y los predicadores son mas internacionales que los que tenemos en las congregaciones. Hay los que inclusive sus ofrendas y los diezmos se los envían a las televisoras o a las cuentas de los telepredicadores. Ante esta manera de pensar queremos hacerles unas consideraciones: la Biblia, la palabra de Dios siempre ha sido la que inspira nuestra fe, conducta, doctrina, valores y pensamientos. Y ni un pasaje de la escritura respalda las costumbres descriptas antes bien nos amonesta a través del apóstol Pablo: “no dejemos de congregarnos como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca”. Obedeciendo a esta palabra te animamos  a que  no permitas que estas actitudes y pensamientos erróneos tengan lugar en tu mente ni en tu casa, y que  empieces a congregarte fielmente si no lo estás haciendo. El Señor Jesús asegura su presencia cuando varios están congregados, en el poder del acuerdo y les promete concederles cualquier cosa que le pidan. Mateo18: 19, 20. Dios revela el interés de que su pueblo se congregue para que aprendan a respetarle a EL  y a su palabra; y esto no ha cambiado. Deuteronomio 31:12. En todo momento, las sagradas escrituras destacan el gran significado que tiene para Dios el ver a sus hijos juntos, congregados en el lugar donde unen sus voces, sus canticos y oraciones  para adorarlo; por eso Dios compara a su iglesia con un  cuerpo donde todos sus miembros se unen , se  apoyan, se ayudan para crecer.  Hechos 4:31: Isaías 43: 9; 1 Cor.  5:9; 1 Cor 14:23,25; efesios 4: 11, 12,16.  Los salmos  exaltan el gran valor de que la gente se congregue  y  juntos alaben al Señor. Salmo 133:1,3 “Mirad cuan bueno y cuan delicioso es, habitar los hermanos juntos en armonía”. Salmo 84: 4 “Bienaventurados los que habitan en tu casa, perpetuamente  te alabaran”  Salmo 27: 4. Salmo 122: 1; salmo 135:2.
Congregarse es una necesidad, una demanda de Dios  y una obligación.
Un recordatorio a nuestros discípulos y discípulas.
Oración de madrugada, Código 1260, Poder del 1, declaraciones y decretos proféticos, Congregarnos, Células de Discipulado y Crecimiento, Altar familiar, Células Oiko, Casas de Paz, Células de Mercado, Ganar y Consolidar, Sembrar, Operación 72, Escuela de Líderes, Esformi,  siguen vivos; el pensamiento de crecer, multiplicarse, poseer, conquistar y gobernar siguen vigentes y activos en medio nuestro, por lo tanto debemos seguirlos aplicando y desarrollándolos en todo tiempo.
Uno de los grandes errores que muchas veces  cometemos es el de dejar de darle continuidad a los proyectos emprendidos y a las estrategias que el Señor nos ha dado, olvidándonos que precisamente de esa continuidad, de esa persistencia, depende el éxito de los programas con los cuales estamos trabajando en la visión misión que el Señor nos ha dado.  Como decíamos antes, en referencia al tema de congregarnos, no demos lugar a pensamientos erróneos o de dudas sobre la palabra recibida;  dudando  de que lo que estamos haciendo nació en el corazón de Dios, no confundamos ganar, consolidar, discipular  y enviar como  “una moda mas”, que “ya nos cansaremos de hacerlo y volvemos a la vida normal de la iglesia” ( llamando “vida normal de la iglesia” el solo ir a congregarnos una o dos veces por semana, cantar, orar, ofrendar, oír el sermón y volver a las casas y quehaceres de la vida diaria, sin adquirir ninguna clase de compromiso con el Señor, con la iglesia, con la evangelización, con los perdidos. Todo esto es necesario hacer,  pero sin desenfocarnos  de Mateo 28: 19- 20). Para todas las edades y etapas de la vida, Dios nos tiene  preparado un lugar y un propósito que cumplir con la misión y visión: niños, adolescentes, jóvenes, adultos mayores, matrimonios, todos podemos trabajar por la visión que nos dio el Señor, por supuesto, no haciendo todos las mismas actividades sino cada uno según sus dones en el lugar que Dios le preparó y en su llamado específico. Dios no se equivoca, si nos llamó a caminar en la visión, es porque  todo este tiempo nos estuvo preparando para hacerlo. Por eso hacemos un llamado a estar pendientes y usar todas las herramientas que Dios nos ha dado, de respetar los procesos, de ser fuertes en ganar y  consolidar, de no cansarnos de hacer siempre esas cosas sencillas que practicamos ( llamada y mensaje de texto a tus discípulos) o aquellas que nos demandan salir de nuestra comodidad, como es tomar responsabilidad y el privilegio de  visitar y discipular a otros y de ser discipulado: porque de estas cosas depende que logremos alcanzar las metas propuestas. (Trabajar sin metas es trabajar sin visión). Recordemos lo que está escrito en Hebreos 10: 38 y 39: “Mas el justo por la fe vivirá; y si retrocediere no agradara a mi alma”. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perder, sino de los que tienen fe, una generación de propósito, de identidad sana.
Alta Familiar. Para malcriar un niño, solo hay que criarlo mal. Prov. 22:6: “instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonara”. El carácter de una persona es dado en gran parte por la manera en la que se crio. La malcriadez es un término muy usado dentro del ámbito familiar; se escuchan expresiones como estas: “ese muchacho sí que es malcriado” o “a esa niña la tienen demasiado malcriada” cuando se observa una conducta “mal educada” o cuando es muy consentido, por ejemplo: se tira al piso, patalea, hace berrinches, saca la lengua burlonamente, llora mucho y grita; pellizca, muerde y golpea a otros niños, falta el respeto a padres y maestros; habla impulsivamente, voltea los ojos, etc. Los juicios en cuanto a esto, generalmente se emiten sin tomar en cuenta que han hecho o que no han hecho los padres en cuanto a la crianza de esos niños, es decir, ¿fueron ellos los responsables de esa conducta? ¿Tiene que ver la forma de crianza con la malcriadez? Si bien entendemos que los niños en sus primeros meses de vida no pueden manifestar un hecho claro o una conducta de “malcriadez” porque no están todavía en la capacidad de pensar y desarrollar ciertas predisposiciones, sabemos que desde que ellos nacen marcan un carácter de dominio y control que debe ser canalizado por los padres con mucha cautela y dedicación. En la medida en que el niño avanza en su desarrollo, se va codeando con un medio ambiente del cual toma y aprende de acuerdo a la libertad que se le vaya dando y, por supuesto, de acuerdo a su capacidad motora; por eso es necesaria la observación y dirección sabia de sus padres en todo el desarrollo y evolución de los hijos.
¿Por qué un niño puede ser malcriado?
-          Porque desde pequeño se le consintió en todo o casi todo.
-          Porque desde siempre los padres alimentaron cierta cosas en cuanto a su físico o intelecto, gustos, o preferencias, creándole un pensamiento de “único” o “el mejor”.
-          Porque cuando le grito al padre o a la madre o dijo una grosería, lo tomaron como algo gracioso.
-          Porque no se le corrigió cuando le pego en la cara al adulto , padre, abuelo, tíos ( los bebes a veces toman esta costumbre de pegar o morder) también esto se toma como algo gracioso o no se le corrige porque dicen “ es chiquito todavía y no sabe los que hace”
-          Porque no se le corrigió con firmeza desde pequeño; porque ambos padres no se pusieron de acuerdo en la corrección un padre anula la corrección de la madre o viceversa, quitándole autoridad delante de sus hijos. El niño crece pensando que el bien o el mal, depende de quién corrige si el papa o la mama, o que puede evitar  las consecuencias de sus acciones  manipulando a uno u otro. Ante todo esto recordemos que es en la BIBLIA donde debemos fundamentarnos como cristianos: ¿Es sabia esta conducta? ¿me acerca o me aleja del `propósito de mi vida?
-          Porque se le dejo mucho tiempo solo y no se le dio el verdadero o suficiente afecto; al contrario se le ignoro y/o maltrato. Ignorar un niño es maltratarlo.
Los niños malcriados son en general, niños maltratados y potencialmente adolescentes y jóvenes conflictivos, susceptibles de los engaños y artimañas del sistema del mundo. los padres están para formar el carácter de los hijos, y no para alimentarles fantasías, o hacerles creer que ellos son mejores o superiores a los demás. Así como Santiago dice que debemos refrenar nuestra lengua aunque sea un fuego, un  mundo de maldad, también debemos ejercer el control sobre las conductas y formas de ser de nuestros hijos. Pidamos la sabiduría a DIOS, la ayuda y la guía del Espíritu Santo para corregir en amor, separando la conducta incurrida que se debe corregir,  de la calificación o descalificación a la personas (no se debe etiquetar a una persona, por un error de conducta, recordemos que hay vida en las palabras y también puede haber muerte), siempre miremos lo que Dios dice de sus hijos y corrijamos todo aquello que nos aleja de los que Dios dice de nosotros. Jesús dijo: “Dejad los niños venir mi y no se lo impidáis; porque de los tales es el reno de los cielos”. Consejo para los padres: no les impidamos a nuestros hijos madurar, recuerden que el reino es para los niños, no para infantiles. Enseñemos desde pequeños a respetar  los mobiliarios de la congregación, porque es la casa del Señor.  Aprovechemos las clases bíblicas. Ofrezcámosles la mejor educación y formemos un carácter que les permita ser respetuosos, obedientes, y niños que manifiesten el reino de Dios.