Instrucciones Generales para el
Maestro.
Capítulo 1 - LA MOTIVACIÓN. Por Jessica Ibarbalz. Capítulo 1 del libro "Maestros en
la vida real”
©2010 Publicaciones Alianza
La motivación.
Suena el despertador y salto de la
cama. La noche fue buena, pero me acosté un poco ansiosa pensando en el
encuentro de hoy. Es miércoles y desde hoy iniciamos un encuentro con algunos
maestros. La idea es capacitarnos, compartir experiencias y seguir aprendiendo
sobre lo que nos apasiona, la educación cristiana. Descubro que es un día
hermoso. El sol se asoma por las hendijas de las ventanas. No hace calor, es un
clima templado y corre una brisa fresca. Me cambio y en pocos minutos estoy
lista para salir. ¿Desayunar? No, el desayuno será juntas, en la cocina de
mamá, que es el lugar del encuentro. Me apuro, ahí me espera un delicioso café
con unas galletas recién horneadas. No hay nada más rico que un buen café por
la mañana. Aunque algunos me critican por agregarle leche y azúcar. Estoy
en camino. Llevo la Biblia, un cuaderno y una cartuchera, en la que, como buena
docente, hay un poco de todo (bolígrafos, lápices, marcadores varios, goma de
pegar, cinta adhesiva, algunos clips, pañuelos de papel y algunos accesorios
para el pelo). Llego, estaciono el auto y bajo. El lugar para el encuentro está
tal cual lo esperé: el mantel, las tazas, las galletas aún calientes, y unas
medialunas que parecen irresistibles. Por las ventanas entra una brisa
suave que refresca el ambiente. Los maceteros llenos de flores que cuelgan en
la ventana y los árboles de la calle le dan un marco especial de colores y
aromas al encuentro. Suena el timbre, es Bella. Bella es la más joven del
grupo. Tiene 19 años. Está estudiando para maestra de niños preescolares. Es
alegre y chistosa. Fue ayudante de la clase de 4 y 5 años y desde este año es
la maestra de ese grupo. En unos segundos vuelve a sonar el timbre. En la
puerta se encuentran Lucy y Anna. Lucy tiene 45 años, está casada y tiene tres
hijos de entre 15 y 21 años. Con su esposo tienen un vivero y ella lo atiende.
Es maestra de educación cristiana desde hace casi 20 años. Anna tiene 32, es
soltera, profesora de inglés y está haciendo el traductorado. Conoció a Jesús
hace cinco años. Sirve en el área de niños desde hace dos. Nos estamos
saludando y suena una vez más el timbre. Llega Grace. Grace tiene 28 años, está
casada con Daniel y tiene un pequeño de año y medio. Es ama de casa. Antes que
naciera su hijo trabajaba como recepcionista en un consultorio odontológico.
Pide disculpas por la tardanza y nos cuenta que su mamá se había retrasado en
llegar a su casa para cuidar a su hijito. Grace y Daniel son maestros de
adolescentes. En su clase también ayuda Maxi, el hermano de Bella. Daniel y
Maxi también están invitados a nuestro encuentro; pero sólo vendrán en algunas
ocasiones, Daniel por su trabajo y Maxi por sus estudios en la
facultad. Todas hicimos un esfuerzo por llegar, estamos felices y
entusiasmadas por lo que ese tiempo va a significar para nuestro ministerio y
-¿por qué no?- para nuestras vidas. Nos sentamos alrededor de la mesa. Todas
elogiamos el rico aroma de los dulces y el café. No hay nada mejor que comenzar
el día con un buen desayuno. Conversamos, por momentos hablamos todas
juntas, pero tenemos la habilidad de escucharlo todo. Nos reímos. Después
de una charla variada les pregunto por qué son maestras, por qué enseñan la
Biblia a los niños. Por unos segundos se callan y piensan. Bella nos cuenta que
le encantan los niños, por eso está estudiando para ser maestra. Anna nos dice
que fue el primer ministerio en el que se involucró, una vez convertida. Grace
dice que se habían sumado con Daniel al equipo porque se necesitaban maestros
de adolescentes y ellos habían tenido esa clase en otra iglesia. Lucy está
callada. Sin querer, las miradas de todas se fijan en ella. Bella le pide que
cuente por qué está en el ministerio con los niños. Lucy empieza a hablar y nos
dice que comenzó a trabajar con los niños hace muchos años. Nos cuenta que al
principio tenía mucho miedo porque era algo muy nuevo para ella. Pero fue
aprendiendo a dar clases y fue tomando confianza. Pasaron los años y tenía
bastante experiencia en el trabajo con los niños, se sentía segura y disfrutaba
servir a Dios en la enseñanza de los pequeños. Hizo una pausa y su voz se
entrecortó al empezar a contarnos que después todo cambió. Ya no enseñaba con
las ganas de siempre. Preparar las clases se había vuelto algo monótono. Pero
seguía; no puede explicar por qué lo hacía. Quizá, nos cuenta, porque no había
otros, o porque era lo que había hecho tantos años que no sabía qué otra cosa
podía hacer o en qué otro ministerio podía estar. Nos confesó con lágrimas que
estaba con los niños por costumbre, porque había estado con ellos siempre. Como
buenas mujeres, su historia y sus lágrimas nos conmovieron a todas. Anna la
abrazó y le dijo lo mucho que había aprendido de ella en los años de inicio.
Grace le confesó que el año anterior no había sido fácil organizarse con su bebé,
pero que sus palabras la alentaron siempre y la había ayudado su experiencia
como mamá, ya con hijos adolescentes. De una y de otra brotaron palabras de
amor y de aliento para Lucy, quien se sentía profundamente desilusionada
consigo misma. Cada frase y cada palabra de aliento fue “Palabra de Dios” para
su vida, y poco a poco fue regresando su sonrisa.
Ahora te invito a contestar la
misma pregunta: ¿Por qué enseñas a los niños? ¿Por qué quieres involucrarte en
el área de adolescentes y jóvenes? ¿Qué es lo que te motiva a servir entre
ellos? Antes de comenzar el año, antes de dar una respuesta al pastor o al
coordinador, antes de empezar un nuevo año en el servicio, debemos contestarnos
esta pregunta con toda franqueza, delante del Señor. Suele haber diversas
motivaciones, que no siempre son las correctas. Ronald Held, en su libro Enseñanza
que transforma (págs. 29-30), habla sobre el tema de las motivaciones
de un maestro y menciona algunas que recreamos debajo. Algunas
motivaciones pueden ser:
Por el sentido del deber: “Tengo
que estar, debo estar”.
Para apoyar el ministerio: “Porque
no hay suficientes maestros”.
Por amistad o por hacer un favor:
“Me pidieron, ¿cómo voy a decir que no?”
Por estar hace mucho y no saber
cómo dejar: “Siempre estuve, siempre enseñé”.
Por el reconocimiento: “En la
iglesia se estima a los que trabajan con los niños”.
No sé si te identificaste con
alguno de estos motivos. En realidad todos son motivos incorrectos, porque
están mal enfocados. Un verdadero maestro cristiano tiene un motivo más elevado
por el cual dedicarse a la enseñanza: un amor profundo por el Señor y el deseo
de agradarlo. Y es consciente de que tiene dones para la enseñanza, para el
cuidado y pastoreo de las personas, porque desea ayudarles a crecer en la fe cristiana. Con
respecto a este tema, William Martin dice en su libro Fundamentos para
el educador cristiano, pág.48: “El mejor enfoque es el de reconocer
que Dios llama, Dios capacita y acepta la responsabilidad final por lo que
ocurre. El papel del maestro es estudiar bien, prepararse cabalmente, enseñar
de manera eficiente, evaluar con honradez, crecer de manera constante y orar
continuamente para que Dios multiplique el esfuerzo humano.”Si no podemos
tener la convicción de que estamos en la enseñanza porque Dios nos ha llamado
para eso… entonces dejemos lo que estamos haciendo. Si no tenemos la
seguridad de que ése es nuestro lugar de servicio... no nos anotemos. Si
no sentimos amor y pasión por nuestros alumnos… no nos enrolemos en una tarea
que demandará todo nuestro ser. Te vuelvo a preguntar: ¿Por
qué haces lo que haces? ¿Por qué con los niños, por qué con los jóvenes? ¿Por
qué en la enseñanza? ¿Es a eso a lo que el Señor te ha llamado? ¿Estás seguro?
¿Tienes la convicción que sólo viene de su Espíritu? ¡Cuidado! No estoy
diciendo que no puedas sentir un poco de temor al asumir esta gran
responsabilidad o que sientas inseguridad por cosas que aún no sabes o que
tengas miedo por algunos aspectos del ministerio qué aún no conoces. Eso es
normal, es parte del desafío, del llamado. Pero cuando el Señor llama y uno
está en el ministerio adecuado siente paz, siente tranquilidad, porque tiene
convicción de parte de Dios. El famoso capacitador de líderes Maxwell dice que
deben estar “las personas correctas en el lugar correcto”. En cambio,
cuando uno está sirviendo en un lugar al que no ha sido llamado por Dios, se
siente desganado, sin ánimo para nada, fastidiado por la tarea, rápidamente
cansado, sin paciencia y mal predispuesto. Si te sientes así, entonces no estás
llamado para ser maestro de educación cristiana. Dentro de la gran variedad de
dones que el Señor ha dado, entiendo que uno los puede usar y desarrollar con
diferentes personas (en cuanto a edades) y de diferentes maneras. Quizá tiempo
atrás el Señor te había llamado al ministerio de enseñanza entre los niños o
con los adolescentes, pero ahora no. Quizás hoy el Señor esté llamando a otro.
¿Por qué? Porque puede ser que seas necesario en otro servicio, en otro
ministerio. No lo sé, se lo tienes que preguntar a él. Entonces, si no
estás plenamente motivado, si no tienes esa pasión que te hace NO mirar el
reloj para ver cuándo vuelves a tu casa, si no sientes el compromiso del primer
día… hermano, deja el lugar para otro. Pero, si a la pregunta de por qué
estás sirviendo en la enseñanza con niños o con jóvenes se te dibuja una
sonrisa en el rostro, se te llenan los ojos de lágrimas al pensar en ellos, no
puedes dejar de pensar en las cosas lindas que has planeado para ese año, oras
y oras por tus alumnos, sientes un amor y una pasión por el servicio entre
ellos que hace doler tu corazón… entonces no dejes de estar, no dejes de
servir, no dejes de sumarte, no LOS dejes. El Señor te ha llamado a amarlos, a
enseñarles, a pastorearlos, a ministrarlos… te ha llamado a ser Sus manos a
favor de ellos en este tiempo. Hermano, amigo, que nuestro Señor confirme
tu lugar en el cuerpo de Cristo y que desde allí puedas ser de bendición para
las personas que te rodean.
Serie Vivir la
Biblia, Betty Constance, Jesica Ibarbals. Publicaciones Alianza.
Recomendados: La
formación espiritual del niño. Publicaciones Alianza.
Una
de las metas de cada hijo de Dios, es agradarle a EL con nuestra vida. A veces
creemos que las personas que logran hacer esto son aquellas que ocupan lugares
de importancia dentro de la iglesia o que participan en el ministerio para
Dios. El niño, encerrado en un mundo en el cual ejerce muy poco control, tiende
a pensar que todos los adultos sin excepción, son de más agrado delante de Dios
que él, por la sencilla razón que hacen todo mejor que él. Este modo de pensar
se percibe en la declaración sincera de un niño cuando dijo: “Mi papa? El no se
equivoca nunca.
¿Un
niño puede agradar a Dios? ¡Por supuesto que sí! En este libro que lleva por
título: Maneras de agradar a Dios, el maestro tendrá el privilegio de guiar al
niño a mirar de cerca incidentes en las vidas de Samuel, Saúl y David. Juntos
verán claramente que agradar a Dios está al alcance de todos nosotros. Decir
las cosas que él quiere que digamos , adorarle correctamente, andar en humildad
con todos, obedecerle completamente, amarle de corazón y depender de él en
medio de nuestros problemas no son elementos fáciles de poner en práctica, pero
agradan a Dios y traerán bendición a la
vida de todos.
Que
juntos, maestros y alumnos, podamos entrar en el gozo de agradar a Dios, aprendiendo de estos hombres de la
antigüedad. A continuación sugerimos algunos elementos que ayudaran al maestro
a sacar más provecho de este material.
1.- El uso de la Biblia.
La
biblia es un elemento necesario para el desarrollo de cada clase. Es
indispensable que el maestro tenga su biblia abierta y a mano cuando comienza a
narrar la historia bíblica. De no ser así, los niños no harán la asociación que se espera, entre lo que se les relata y
la Palabra de Dios como fuente de toda verdad; tomándola como una historia
cualquiera, por más que enfoque a Dios y
a su Pueblo.
Los
niños deben formar el hábito de llevar sus biblias a la clase y buscar en ellas la cita del texto para
memorizar. De esta manera empiezan a hacer una relación concreta entre lo que
están aprendiendo y la biblia misma. Una muy buena atención que pudiera tener
el maestro con sus alumnos seria regalarles un señalador para colocar en
lugares donde se encuentra el texto para memorizar.
Para
la memorización de textos se ha elegido la traducción bíblica Nueva versión
Internacional. Esta traducción , además de ser clara y fiel a las escrituras ,
tiene un vocabulario que es fácilmente comprensible para los niños.
Una
nota importante: en la clase el maestro nunca debe leer la historia bíblica del
manual. Debe narrarla, mirando a los niños a los ojos y usando todas sus
capacidades para hacerlo bien.
2.- Las laminas.
Las
ayudas visuales son un elemento muy importante en la enseñanza de la lección.
Se recomienda guardar las láminas en sobres, por lecciones . Estos sobres se
pueden archivar en una carpeta tipo cajas para poder utilizar el libro en otras
ocasiones (horas felices, escuela bíblica de vacaciones, clubes bíblicos) o
cuando el ciclo se repite en la escuela dominical al pasar los niños al próximo
nivel y recibimos nuevos alumnos. Junto con las lecciones se debe guardar un
ejemplar de las manualidades hechas en cada lección. La última lección es un
repaso general y se utilizaran las láminas de las historias de todas las
lecciones.
3.- Transferencia a la vida.
Las
lecciones se destacan por su énfasis en que el hijo de Dios debe ser un “hacedor” y no solamente un
“oidor” de la Palabra. El momento de la lección donde es esencial que la
información bíblica llegue a la vida del alumno es la parte que se llama Transferencia a la vida. En algunas
ocasiones se hace referencia a este momento de la clase llamándolo “la
aplicación”. Las ayudas practicas, los juegos y las otras actividades
participativas que se dan para ese momento tienen como intención hacer
reflexionar al niño sobre su propia vida y conducta, para poder tomar conciencia de los cambios que Dios quiere lograr en el.
El maestro es parte esencial de este proceso de cambios y se enfrentara , junto
con sus alumnos, a la transformación que el Espíritu de Dios quiere lograr
a través de la Palabra.
Por
estas razones ,es sumamente importante que el maestro dedique el tiempo
necesario a esta parte de la lección, haciendo lo apropiado para involucrar a
todos los alumnos en las actividades sugeridas.
4.- Concurso de Memorización.
Incluir
un concurso para la memorización de los textos que forman parte de las
lecciones. Puede ser una corona para cada alumno, a la que se le van agregando
joyas que representan cada texto. Las joyas se pueden pintar con marcador una vez
que el alumno haya repetido el texto. Sugerimos que se deje pasar una semana
entre el aprendizaje del texto en la clase
y el concurso de memorización. Es
decir, un domingo el alumno aprende el texto, y el siguiente después del
repaso, dice el versículo de memoria y sin ayuda. Si así lo hace, entonces
puede pintar una joya de su corona.
Antes
de comenzar el concurso, se explica a los alumnos que uno de los personajes del
libro fue el primer reelegido por Dios en toda la historia de la humanidad y
que otro fue el segundo. Como los reyes siempre usan coronas como símbolos de
su autoridad, nosotros vamos a usarlas para ayudarnos en la memorización
durante todo el libro.
5.- Ayudas para la enseñanza de
los textos.
Uno
de los métodos más versátiles para la enseñanza de los textos, es prepararlos
en tiras de cartulinas o también
escribirlos en los pizarrones.
Algunas
variaciones de este método son:
a)
el maestro repite el texto mientras en
el pizarrón coloca las tiras en orden. se van retirando las tiras una por una,
mientras la clase sigue repitiendo el texto, hasta que no quede ninguna. Luego
los niños se turnan poniendo en orden
las tiras.
b)
de antemano se esconden las tiras en
diferentes lugares del aula. en el momento indicado el maestro pide que busquen
las tiras . cuando todas se han encontrado, con las tiras en las manos los niños forman una fila tratando de ordenar
las palabras. cuando están en orden correcto, las colocan en el pizarrón y se
procede a memorizarlo.
c)
En el momento de aprender el texto, el
maestro coloca las tiras en el pizarrón en un orden incorrecto. Pide luego a
los niños que busquen el texto en sus biblias para encontrar el orden correcto,
y que lo corrijan.
d)
Para un repaso rápido de varios
textos, se forman equipos y entre ellos se reparten las tiras de cada
versículo. Cuando el maestro da la orden, ordenan las tiras colocándolas en
fila. Gana el equipo que lo hace primero.
De
paso, ¡el maestro debe memorizar los textos! ¡El da el ejemplo!
6.-Las Manualidades.
Recomendamos
que el maestro lea las indicaciones generales que se dan sobre esta actividad
en el manual complementario: la formación espiritual del niño. Señalamos
algunas pautas básicas:
Primero,
la manualidad es una actividad guiada
que a la vez está íntegramente vinculada
con el proceso de aprendizaje bíblico. No es meramente una diversión para los
niños mientras los maestros descansan de su tarea. El maestro debe estar
conversando y trabajando con los niños a lo largo de toda la actividad.
Segundo,
el alumno debe completar la manualidad
en la clase. Esto significa que la clase debe disponer de tiempo suficiente
para cubrir todos los momentos. Es posible que alguna manualidad resulte
difícil o complicada de realizar por los niños, en ese caso el maestro puede
traer un poco adelantado ya el trabajo o darles fotocopias del cuadro completo.
7.-El uso de las canciones.
La
música es una parte fundamental en la educación espiritual del niño. Canciones
que expresan verdades bíblicas con vocabulario que el niño puede entender, y con
melodías y ritmos fáciles de cantar, constituyen una de las mejores maneras de
lograr que los conceptos espirituales se integren a su vida. Es difícil que un
niño olvide la letra de una canción una vez que la ha aprendido. Por eso, una
enseñanza bíblica correcta y una canción que exprese en forma agradable esa
enseñanza, se combinan para otorgarle al niño un aprendizaje bíblico efectivo y duradero.
Las canciones pueden ser
utilizadas en la apertura y clausura de la Escuela Dominical.
Si la iglesia tiene la costumbre de reunir
a todos los niños para participar
en un programa de apertura , estas canciones se pueden incorporar
fácilmente en el desarrollo de este momento. Del mismo modo, en aquellas
iglesias que realizan una clausura del programa dominical, las clases que han
aprendido una de estas canciones la pueden cantar apara todo el grupo.
Las
canciones pueden ser utilizadas para enseñar el texto que se va a memorizar.
Manual
para Enseñanza de niños de la Escuela Dominical. Publicaciones
Alianza.
Karen Sue Gustafson – Jessica Ibarbalz –
Gladis Sanhueza –
INTRODUCCION.
Los
objetivos. Un objetivo es una afirmación de lo que el maestro espera
alcanzar en la clase. Es una herramienta útil ya que dirige y orienta el
proceso de enseñanza aprendizaje llevado a cabo en el aula. Con el objetivo el
maestro aspira a lograr un cambio en la vida de cada uno de sus alumnos. Además
brinda la posibilidad de evaluar los resultados
y saber si se ha logrado la meta propuesta o no. es importante que el
maestro tenga los objetivos en mente para no perder el sentido de la enseñanza
o salirse del tema de la clase.
El
bosquejo de la lección. El mismo consta de: el tiempo estimado para
cada momento, los métodos y los recursos que se requieren. Se puede usar para
tener una idea general de la lección y como ultimo chequeo para estar
seguro de contar con todos los elementos
necesarios.
El rincón del maestro: casa lección
tiene una selección especialmente dedicada
para la vida y el ministerio del maestro, “El rincón del maestro”, que contiene pequeños devocionales. El pasaje
bíblico y el tema no tienen una relación directa con la lección de los niños;
son pensamientos bíblicos para edificar, animar y alentar la vida personal del
maestro.
Quien da
constantemente también necesita recibir, ¡Cuánto uno más da más
necesita recibir! el deseo es que el señor fortalezca a cada maestro en su
ministerio.
La
evaluación del maestro: después de cada clase es importante hacer una
evaluación para describir las necesidades de los niños y realizar los cambios
necesarios en las siguientes lecciones.
En la
evaluación, el maestro considera si se cumplieron los objetivos, como fue la
participación de los niños y las necesidades que el haya detectado. L a
evaluación también ayuda observar cuales
fueron las dificultades que se presentaron para aprender de ellas y mejorar la
tarea docentes. Por eso es recomendable tener un cuaderno y anotar allí todas
las observaciones.
MARCO DE LA CLASE
Estas
lecciones están basadas en la traducción de la Biblia nueva versión
internacional. Se ha elegido esta versión porque se considera que es clara y
fiel a las Escrituras. Además, tiene un lenguaje fresco y contemporáneo,
utilizando un vocabulario que es fácilmente compatible para los niños.
La preparación.
PREPARACION
PERSONAL: ayuda al maestro a centrar su mirada en el propósito de la clase. Además,
contiene una reflexión para que el maestro piense si él vive la enseñanza
bíblica que va a trasmitir a sus niños.
PREPARACION
DE ACTIVIDADES: Explica con más detalle los recursos que se necesitan para cada
momento de la clase. Es importante que el maestro preste atención a las
indicaciones, ya que son elementos que debe preparar con anticipación y, de
esta manera, tenerlos listos a la hora de encontrarse con los alumnos.
Contexto
para el maestro.
En esta
selección se la al docente un panorama más amplio de la enseñanza bíblica que
deberá transmitir a sus alumnos. En la misma aparecen datos que no es
necesarios que conocimiento bíblico, además de permitir responder verazmente
cualquier pregunta de los niños.
Para
desarrollar los contextos de cada lección se consultaron los siguientes libros:
Vila-Escuain.
Nuevo diccionario bíblico ilustrado, Barcelona, Clie, 1985.
Página de
internet : http://www.nci.org.uy/BartMitzva.htm
Tenney,
Merril C., Nuestro Nuevo testamento, Moody, Chicago, 1973
DESARROLLO DE LA CLASE
La incentivación.
Las
lecciones contienen una incentivación. La misma tiene el propósito de despertar
el interés de los niños y prepararlos para la enseñanza bíblica. En cada lección se utiliza un método
diferente, de tal manera que los niños sean sorprendidos de clase en clase y no
pierdan la motivación.
La
enseñanza bíblica.
En esta
sección el maestro debe ir llevando a sus alumnos a investigar una nueva verdad bíblica. En este libro se
hace un gran cambio con respecto a los tres anteriores de esta serie, porque no
hay una historia para narrar; solamente está la enseñanza que la carta bíblica
señala.
El consejo
es que el maestro dedique un buen tiempo para leer, de manera que este empapado
con el desarrollo y los detalles de la enseñanza. Es sumamente importante que
el docente se arme un bosquejo, ya que esta sección se presenta con varios
pasajes para buscar, muchas preguntas para hacer y algunas ilustraciones. El
bosquejo ayudara al maestro a presentar el tema con claridad y de manera
comprensible para los niños .
También,
para hacer más vivencial la enseñanza, se incluyen láminas. Si el maestro desea
variar esta técnica, las láminas pueden hacerse en transparencia y mostrarse
con un retroproyector.
Hay que
recordar que el alumno aprende mejor en una clase participativa y activa.
La aplicación.
La clase
termina con actividades para que el niño aplique lo aprendido en la lección. Este
momento tiene como propósito que el niño transfiera lo aprendido a su propia vida. Otra meta es que los niños
aprendan a usar sus Biblias y a descubrir por si mismos la verdades de Dios.
Por esta razón se pueden utilizar hojas de apoyo como fotocopias para cada
alumno para hacer las tareas. Se recomienda que los niños pequen las hojas
fotocopiadas en un cuaderno o que tengan una carpeta para guardarlas y así sean
útiles en el futuro. Estas hojas pueden ser un recurso provechoso para el
maestro a la hora de repasar las lecciones anteriores.
La memorización.
Es importante
guardar la palabra de Dios, porque es viva y poderosa, ya que juzga los
pensamientos e intenciones del corazón (Hebreos 4:12). Ella puede ayudarnos en
momentos de mucha necesidad y de ahí la importancia de memorizar las citas bíblicas.
Para esto puede utilizar varios métodos para ayudar a os niños a la memorización
de textos, que sin duda es un gran beneficio en la capacitación de todo discípulo.
Es conveniente
que en cada clase, haya un repaso del texto anterior. El maestro puede hacerles
preguntas a los alumnos para asegurarse que hayan captado el significado y
entendido la esencia del versículo. El dialogo proporcionara el clima adecuado
para la aplicación del texto a la vida cotidiana del niño.
Sugerencias:
1.-Escribir
el texto en el pizarrón. Los niños repiten el texto varias veces, y cada vez
que se repite el maestro borra una o dos
palabras hasta que el grupo pueda decir el texto sin la ayuda de palabras
escritas en el pizarrón. Se puede hacer lo mismo en cartulina.
2.-Dividir
el grupo en dos. Se turnan diciendo palabra por palabra el texto, hasta que
pronuncien el pasaje completo.
3.-Con
frases cortas, después de haber repetido el texto, varias veces, el grupo se
forma en ronda. El maestro tiene un muñeco de peluche u otro objeto que se
pueda ir tirando de un niño a otro. El niño
que tiene el peluche dice la primera
palabra del texto y lo pasa a otro niño, quien dice la segunda palabra, y así
sucesivamente . Se puede ayudar a recordar la palabra que sigue, si es difícil
para ese niño.
4.-Inventar
una canción o un rap con el texto, se puede usar un ritmo de palmas.
5.- Escribir
los textos de la memorización en carteles de cartulina, en la medida que vaya
dictando las lecciones o hacerlos todos de una vez. Algunas ideas para hacer
los carteles pueden ser:
a)Escribir los textos en carteles, juntándolos con
anillos o cintas. Luego colgarlos o colocarlos en un caballete (tipo pintor)
eligiendo un sector visible del salón para ellos.
b)Se puede
pegar en un extremo del cartel una fotocopia de la hoja de apoyo fotocopiada de
esa lección.
c)Otro
detalle de esta técnica es la importancia de preparar los carteles con anticipación
y mantener la prolijidad en la decoración del salón de clases. Esto facilita la
percepción de un ambiente cálido, ordenado y dispuesto, el cual el niño puede
encontrar atractivo y disfrutar al ir aprendiendo los textos de las lecciones.
GENERALIDADES.
El maestro
puede enriquecer cada una de las lecciones con ideas propias, pues él es quien
conoce los gustos y las necesidades de los niños de su clase. Y, sin duda, las
manualidades favorece la creatividad y colaboran con efectividad en el momento
de la aplicación de la enseñanza presentada. Por esta razón es bueno tener a su
alcance materiales que puedan ayudarlo a realizar diferentes propuestas.
Siempre es
bueno contar con una lista de los elementos que utilizara con mayor frecuencia
durante el año.
Materiales
básicos , los que debe tener a su alcance.
Tizas, pizarrón,
afiches, fibrones , cartulinas de colores, tijeras, goma de pegar blanca y de
colores, lápices negros y de colores, copias de las hojas de apoyo de cada lección,
hojas blancas y de colores, Biblias y cinta adhesiva.
Materiales
descartables. (Deposito).
Se puede
conseguir para ocasiones especiales (regalos, cumpleaños, premios, eventos
especiales, etc.) , cajas, (para usarlas o para desarmarlas como cartón firme)
, papel para envolver (diarios, papel madera, para regalos), envases
descartables (latas, vasitos de yogur), hilos, retazos de telas, recortes de
revistas, palitos de helados y de “brochettes”, sogas y todo lo que pueda
guardarse con alguna utilidad en mente.
Realizar una
lista y organizar los materiales de tal manera
que cuente con ellos siempre, ya que deben estar a su alcance y en buen
estado. Si los guarda en cajas o bolsas, colocar una lista de lo que tiene y
las posibles utilidades que ha pensado
darles. Esto puede motivar su imaginación y ahorrar tiempo al preparar las
actividades, además de colaborar con la organización general de la escuela bíblica.
Nota: algo a tener en cuenta es que hay lecciones que piden objetos puntuales
que deben ser realizadas con anterioridad a la clase y solo son para dicha lección.
Por este motivo se sugiere observar con cierta anticipación que material debe
considerarse. En estos casos, es importante una buena planificación que
garantizara la tranquilidad y el disfrute de servir.
El
aula.
Si el
maestro tiene un aula a su disposición, puede decorarla para favorecer un ambiente
cálido y acogedor. Se pueden usar pósteres cristianos y cuadros alegres. También
se puede preparar un cartel en donde figuren los cumpleaños de los niños y de
los maestros. Los niños pueden hacer dibujos que representen las lecciones y
los textos memorizados. No hay límites para la creatividad del maestro y sus
alumnos!. Hay que tener en cuenta que los niños se motivan con los concursos.
Un concurso puede basarse en: la asistencia, traer la Biblia, memorizar textos,
etc. Estos u otros concursos también deben estar presentes en la decoración del aula.
El
canto.
Si leemos el
Salmo 145 podremos ver con cuantas cualidades se presenta el Señor; todo esto
debe motivarnos a compartirlo con nuestros niños por medio del canto. Es bueno
que los niños tengan un tiempo para cantar y dialogar acerca de sus
experiencias. El maestro puede conseguir y enseñar nuevas canciones cristianas,
además de cantar las tradicionales , que a los niños les encantan. Lo que se
aprende con melodía es muy difícil de olvidar. De ahí el gran beneficio de que
se practique la mayor cantidad posible de canciones con los niños. Ellos pueden
aprender los valores más importantes y disfrutar de esta experiencia mientras se
los incorpora por medio del canto. El
canto se enriquece , también, al incorporar la expresión corporal o al incluir
objetos que contribuyan con sonidos armoniosos a la medida que se practique.
El
cuidado del niño.
Un maestro
que ama a sus niños aspira a cuidarlos como un pastor de sus ovejas. Muchos
niños enfrentan crisis y situaciones muy difíciles que los dejan solos y
tristes. Betty Constance enseña sobre la pastoral del niño en su libro “Mas que
maestros”. El maestro dedicado al cuidado pastoral de su alumno buscará toda
oportunidad posible para conocerlo
mejor. Lo hace tratando de estar presente cuando el alumno juego un partido de
futbol, cuando participa en un programa especial en el colegio o cuando hay una
celebración especial, como su cumpleaños. Si el alumno se enferma, lo llama por
teléfono y trata de visitarlo. Si la familia vive un accidente, robo o
circunstancia traumática, el maestro tratara de
estar presentes. Pero más que de cualquier otra cosa, el cuidado
pastoral depende de esos contactos cálidos y personales, cuando el maestro crea
para cada alumno un ambiente en donde será escuchado y tomado en cuenta. Cuando
existe una relación así entre maestro y alumno, siempre habrá oportunidades
para la atención pastoral . El cuidado pastoral valora cada oportunidad que se
presenta como otra oportunidad que se presenta como otra oportunidad de la formación
espiritual del niño. Es primordial formar hacia la madurez de Jesús. ¡Esa es
nuestra meta!.
BIOGRAFIAS.
Betty
Constance, nació en Zaire, África donde sus padres fueron misioneros por
cuarenta años. Desde su adolescencia se intereso en la enseñanza bíblica de los
niños , participando con sus padres en su labor espiritual. Desde entonces siempre
ha estado involucrado en alguna forma en la enseñanza espiritual de niños,
adolescentes y jóvenes. Tiene títulos universitarios en tres instituciones estadounidenses : Columbia Bible
College, University of South Carolina y
Mercer University. Con todo esto, sostiene que la mejor preparación para el
trabajo de escribir lecciones para niños ha sido su experiencia con ellos
mismos. Betty y su esposo David son misioneros en Argentina de la Alianza Cristiana
y misionera. Desde 1964 han vivido y trabajado en la Argentina. Como profesora
de Educación Cristiana en el Instituto Bíblico Buenos Aires (1964-1979) y como oradora
en numerosos talleres, su filosofía de la educación espiritual del niño ha
influenciado a centenares de maestros. Su énfasis principal es en la correcta aplicación
de las verdades bíblicas a la vida del niño. Los esposos Constance viven en
buenos aires, sus dos hijos viven en los Estados Unidos.