Reunion de Adoracion y Celebracion a Dios.

Reunion de Adoracion y Celebracion a Dios.

Boletin Nº 22: del 13 al 19 de agosto de 2012



Editorial:  Volvamos a la intimidad. Por Miriam Romero.
ALTAR FAMILIAR. LA SUJECIÓN ES UNA HERRAMIENTA DE PODER

Volvamos a la intimidad. Por Miriam Romero.
Muchas veces nos preguntamos: ¿por qué no avanzamos en nuestros proyectos o en nuestros sueños? ¿Por qué nuestros hijos se alejan y son rebeldes? ¿Por qué se levanto un muro de incomunicación en nuestro matrimonio?
Llego el tiempo de vencer.
Seguramente algunos de los que leen estas líneas, afirmaran que escucharon tantas predicaciones en sus vidas que o hay nada nuevo para mostrar. Sin embargo, y lo digo con la autoridad que me dan los años de vida (los mismos años que tengo como hija de Dios), que solo en los primeros tiempos de mi vida con Jesús pude vivir tiempos de tanta gloria como estos.
¿Cuál es la diferencia con los años intermedios? La impartición apostólica, el poder recibido para cumplir la misión, esa unción de revelación que agita las aguas que no se van a aquietar nunca más.
Años y años de servicio y preparación no pudieron traer la gloria de Dios que anhelábamos. Solo con buscar su Presencia en una genuina intimidad, hará que se manifieste esa gracia y poder, para que podamos engendrar con madurez a la gente de gobierno que esperamos dar a luz en estos tiempos.
Hoy podemos recibir lo grande de Dios.
¿Cuántas veces deseamos servir a Dios en un marco con estas características? ¿Cuántas veces lo soñamos? Hoy está disponible, podemos soltar la unción que cargamos para recibir lo grande de Dios para nuestras vidas y la nación. Estamos llamados a abrazar la visión de Dios para nuestros días y desatarla para que produzca y se multiplique abundantemente.
Muchas palabras que recibimos no se concretaron, no se manifestaron palpablemente  o se frustraron, porque nos acostumbramos al ritual evangélico. Cuando la Presencia de Dios nos visitaba, nos cubría y nos prosperaba, empalidecía por nuestra religiosidad porque nos desenfocábamos.
Nos olvidamos del lugar del encuentro, negociando la intimidad con Dios y la Palabra de revelación, para sustituirla por el consejo de un amigo, un entretenimiento que nos haga  olvidar o de una manera trágica, asistiendo  a una sesión con el analista. Con esto no quiero decir que los profesionales de la salud mental no sean necesarios en determinados casos, pero sin duda no pueden ni deben reemplazar la Palabra directa del Padre a nuestro espíritu para traernos guía y salud.
Por años  nos preguntamos: ¿Por qué no avanzamos en nuestros proyectos en la medida de nuestras expectativas? ¿Por qué nuestros hijos se alejaron, son rebeldes o distantes? ¿Por qué se levanto un muro de incomunicación en nuestro matrimonio si somos creyentes y estas cosas no deberían pasarnos?
Volvamos al lugar secreto.
La respuesta es sencilla: Abandonamos el primer amor. Hay un lugar secreto que no visitamos hace tiempo y esto nos lleva a tener demasiada teología o teorías y muy poca presencia real de Dios en medio nuestro. Lo maravillosos del amor de Dios es que estamos a tiempo de cambiar esta realidad. Job 22:21 nos invita a volver a desarrollar una relación de amistad con El. ¡Qué impresionante que un Dios Omnipotente y Soberano quiera ser nuestro amigo! Su amigo y mi amigo.
En ocasiones interpretamos esa mistad como la paz interior que viene por estar libre de cometer pecados groseros. Creímos con ligereza que por no pecar escandalosamente, manteníamos una relación de amistad con Dios. Nos engañábamos administrándole un calmante a nuestras conciencias.
Pero hoy es tiempo de despertarnos, sin esperar que un ángel descienda para hacernos entender. Ya se soltó la palabra profética. Si volvemos a la relación cercana con el Señor,  a la intimidad, el apego, la devoción, el cariño, el amor y todos los sinónimos que encarna la palabra amistad, seremos la gente que Dios podrá usar en este tiempo para provocar la mayor multiplicación jamás vista en nuestras ciudades y naciones. Dios solo necesita que cada uno de nosotros esté dispuesto y sea disponible.
No alcanza con ser bueno.
No alcanza con ser digno, ser bueno u obedecer algunos estatutos que consideramos relevantes. ¡No es suficiente! Hay que ordenar todo el camino y alinearlo con la visión  de Dios. La obediencia parcial implica desobediencia. El “más o menos” no nos llevara a alcanzar la meta trazada, en nuestra vida familiar, en nuestro llamado: “vivir a medias, mitad si, mitad no, no sé si comprometerme con mi llamado”; es vivir en mediocridad y tibieza.
Por eso debemos volver a la intimidad. Es hora de estar en el lugar del primer amor con nuestro Dios, en el sitio donde nos abrazara y nos contara sus planes para nuestras vidas. Planes de paz y de bien, no de mal. Planes con los que tal vez soñamos alguna vez, pero abortamos en el desierto de la religiosidad. La consigna de esta hora es clave: “Volvamos al lugar de intimidad, hoy es el día” (Miriam Romero es ingeniera electromecánica y profesora universitaria. Integra la Comisión Técnica Aduanera del Mercosur. Coordina encuentros de espiritualidad para empresarios y pertenece a la Iglesia CCRN Centro Cristiano Rey de las Naciones, que lidera el apóstol Osvaldo Prats en la ciudad de Morón, Buenos Aires. Argentina)

ALTAR FAMILIAR. LA SUJECIÓN ES UNA HERRAMIENTA DE PODER
Fil 2:5-11/Ef. 5.21-287 /Ef. 6:1-9
El mayor, el más poderoso y perfecto ejemplo de sujeción, lo tenemos en Cristo. En 1 de Corintios 11  y en los pasajes que leímos de Efesios, se habla de la cabeza. Todo cuerpo necesita de una cabeza para poder movilizarse y funcionar, porque en la cabeza está el cerebro, de donde parten todas las informaciones para el cuerpo; si no hay cabeza el cuerpo está incompleto y no tiene vida; y si la cabeza no tiene sus comandos en estado perfecto de funcionamiento, el cuerpo queda sin control. Note lo siguiente, que la cabeza está sujeta al cuerpo, pero el cuerpo se somete a la información de la cabeza, eso implica que hay una sujeción mutua; pero cuando se pierde este orden, comienzan a aparecer los síntomas de descomposición y descontrol.
¿A QUÉ Y A QUIÉN NOS DEBEMOS SUJETAR? Podemos observar que existe una lucha perenne en las familias, empresas, congregaciones, sociedad, etc., en cuanto a la autoridad y la obediencia, al respeto y la sujeción; en los hogares encontramos maridos que no respetan a sus esposas, mujeres que no se sujetan a sus maridos, hijos que se rebelan contra sus padres, padres que maltratan fuertemente a sus hijos, empleados que compiten con sus superiores, jefes que emplean la humillación y el rigor sobre sus subalternos, líderes que sutil o descaradamente manipulan a sus discípulos queriéndoles controlar la vida y discípulos que se levantan contra sus líderes.
La palabra de Dios nos enseña de manera clara y revelacional, qué y cómo debemos hacer para sujetarnos a otros y tener autoridad sobre otros:
·         Ninguna casa o edificio se sostiene si no tiene un fundamento o bases sólidas.
·         La iglesia no se mantendría de pie si no tuviese un CRISTO (cabeza, fundamento)
·         La mujer ve vulnerada su autoestima si quien debe proveer en las distintas etapas de su vida no asume ese compromiso, con solidez, amor y garantía: los padres, la familia, los noviazgos fuera del diseño de Dios (cabeza). Esto la hace particularmente susceptible a filosofías feministas y abortistas como un derecho de reivindicación para ellas: enseñando la rebelión como algo bueno y necesario para la supervivencia; y mostrando las enseñanzas bíblicas como antiguas y machistas.
·         Los hijos no tendrían una dirección clara en la vida, si no cuentan con el soporte de unos padres dignos de respeto y confianza.
·         Para ejercer autoridad sobre otros,  tienes que sujetarte a quien es hoy  tu autoridad, a tus pastores y a la visión que Dios le ha revelado a ellos.
SUJECIÓN VIENE POR AMOR Y OBEDIENCIA.
Cuando el amor es derramado, es posible la sujeción. Leamos Juan 5:19-20. La sujeción produce unidad, se trata de un mismo espíritu, de una fusión de vidas. En este plano la obediencia no se discute; y cuando esto ocurre hay mayor autoridad. 
¿Un hombre tomador, que continuamente llegue a su casa borracho, peleando u ofendiendo, tendrá autoridad en su casa? puede ser que mande,  pero la imagen de autoridad se desintegra a los ojos de su esposa y sus hijos. Igual ocurre con un hombre o mujer  que le es infiel a su cónyuge, también le es infiel a sus hijos.
LA SUJECIÓN VIENE POR LA AUTORIDAD
Si Cristo fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz, y luego Dios lo exaltó, es porque el Padre amó al hijo y le mostró todas las cosas que debía saber, es decir, lo honró. No es justo exigir sujeción a otros si nosotros no nos sujetamos.  Por allí dicen: Respeta para que te respeten. Pablo dice: Someteos unos a otros en el temor de Dios.