Editorial:
Poseyendo las casas y el mercado.
Estamos convencidos
de que, definitivamente es en las casas o en el seno de la familia donde
reposan todas las dificultades por las cuales atraviesa nuestra sociedad y
nuestro mundo, y que es allí también donde se encuentra la solución a estos
problemas, al lograr que las personas que habitan esos lugares cambien su
manera de pensar y obrar, y sabiendo que esto solo es posible por una
transformación de la vida interior de cada uno; y que el único que puede transformar vidas es Jesucristo y su Evangelio de Reino,
asumimos el compromiso de seguir llegando con ese mensaje, de una manera
directa a la vida de esa gente a través de este proyecto “Casas de Paz”,
reforzado ahora con el compromiso de cada creyente de pastorear su territorio
asignado, sus compañeros de trabajo o de estudio, como también sus maestros,
profesores o jefes.
En verdad, estamos
viviendo días nunca antes vistos, en medio de una sociedad donde se sembró el
enfrentamiento entre patrones y obreros; donde se enseño al trabajador a ver al
dueño de la empresa como enemigos y explotadores; y donde el empresario veía a
sus trabajadores como inferiores y con menosprecio; donde los estudiantes solo
criticaban y veían a sus profesores como crueles e inconscientes; o
los profesores veían a sus estudiantes como desordenados e irresponsables; y que hoy estemos orando para que Dios
bendiga a unos y a otros; que bendiga a sus familias; que la empresa
prospere, y de igual manera pidiendo por justicia dentro de la empresa para que
no solo el empresario prospere y obtenga buenas ganancias, sino que también
beneficie a sus empleados. El cambio y
la transformación definitiva de las
ciudades y naciones se encuentra en el trabajo que realizamos por las Casas y
el Mercado, porque estamos trabajando en función de las familias , de las
futuras generaciones; y eso es lo que Dios quiere, porque Dios es Dios de
generaciones, por eso El se identifica como el Dios de Abraham, de Isaac
(hijo), de Jacob (nieto) y por eso nació José (bisnieto); lo que estamos
haciendo hoy no lo estamos haciendo por nosotros sino para nuestros hijos ,
nietos, bisnietos, tataranieto. Nuestro éxito es de todos, pero si
fracasáramos, fracasarían todos. El dolor que podamos experimentar, es dolor de
parto, es para ganar naciones.
El reto es seguir
multiplicándonos, y si no nos estamos multiplicando indica que algo no está
andando bien y hay que revisarlo. Porque nosotros nacimos para la multiplicación.
Que no nos pase como
Ana, la madre de Samuel, quien no daba hijos porque tenía su vientre espiritual
enfermo, Ana solo estaba pendiente de Penina a la que miraba como su rival y
dice la escritura que estaba llena de amargura, rabia, obstinación, envidia,
tristeza, competencia, se mantenía llorando y no comía. A pesar de que tenia la
cobertura correcta (un marido que la amaba) iba al lugar correcto (al templo)
recibía los mejores regalos, la semilla correcta, a pesar de todo no daba
hijos. ¿Por qué? Estaba enfermo su vientre espiritual y emocional. ¿Cuándo
cambio esto? Cuando dejo de mirar a Penina y deseo hijo, no para competir sino
para el propósito de Dios, para dedicarlo al Señor. Miró a Dios y uso EL PODER
DE LA DEDICACION.
Proyecto Células de Mercado.
Oración,
confesión y acción
SON LAS CLAVES PARA GANAR EL MERCADO. (Nuestros lugares de trabajo y estudio)
La primer semana, estarás orando por siete
motivos. La segunda semana, seguirás
orando por esos siete motivos; hablaras con el jefe en una entrevista breve
para pedirle permiso para orar y un espacio
de 15 minutos para compartir con tus compañeros de trabajo una palabra
de parte de Dios con la intención de bendecir las familias y el trabajo. Este
tiempo de reflexión puede ser antes de
comenzar la jornada de trabajo o durante un break, descanso o recreo, que no
afecte el desempeño laboral y que no sea demasiado extenso.
Recordemos
las Consideraciones importantes para desarrollar la estrategia que vamos
a presentar:
-la Iglesia
apostólica del libro de los Hechos se
desarrollo en el mercado y las casas. -podemos ganar a un individuo en
el mercado, pero si no conquistamos su casa, toda la bendición dada por Dios
terminara diluyéndose en manos de su generación. -no se puede pensar en tomar
el mercado si no estamos dispuestos a tomar las casas. Una cosa nos llevara a
la otra.
La tercera
semana. ¿Qué haremos en esta semana?
La tercera semana debes dirigirte a
tus compañeros de trabajo para hacerle saber los siete motivos por los cuales
has estado orando durante las dos semanas anteriores y hacerles entrega del
librito “Mi Conexión con Dios”.
Principios para este acercamiento.
1.- Muéstrales que
tienes interés por su familia, para mostrar interés no tienes que indagar como
esta su casa, solo decirles que uno de los motivos por el cual estas orando es
por su familia y que estas declarando salud, prosperidad y armonía en su hogar.
2.-Muestrate siempre
más interesado en su persona, que en convertirlos en tus discípulos, YA eres su
líder, aunque aun no hayas visitado sus hogares y ellos no hayan asistido a
ningún servicio, ya los estas Discipulando, ten paciencia, ellos solos te
pedirán conocer más.
3.-Pideles un motivo
puntual por el que quieran que estés orando por sus vidas, este es tu último
paso para este acercamiento, así que declara una palabra sobre sus peticiones y
diles que seguirás ornado por ellos.
4.- Muéstrales que estas interesado en su
productividad, particípales que estas orando para que sean mejores en lo que
hacen.
ALTAR FAMILIAR:
CASAS DE PAZ SON
CASAS DE SOLUCIÓN ANTICIPADA
Texto Bíblico: “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición”. 1 Ped. 3:8-9. Cuando Dios creó al hombre planificó su edificación a través de la comunión de unos con otros, para ello estableció principalmente a la familia. Todos formamos parte de una y tenemos el potencial de formar otra. Cada uno podrá hacer de su vida, la de sus familiares y descendientes, lo que determine con sus acciones del presente.
Texto Bíblico: “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición”. 1 Ped. 3:8-9. Cuando Dios creó al hombre planificó su edificación a través de la comunión de unos con otros, para ello estableció principalmente a la familia. Todos formamos parte de una y tenemos el potencial de formar otra. Cada uno podrá hacer de su vida, la de sus familiares y descendientes, lo que determine con sus acciones del presente.
Nuestra casa es el centro de entrenamiento y formación donde
estableceremos el curso que tomara la vida de cada miembro del grupo familiar.
Es allí donde ponemos en práctica los principios de reino, los
valores cristianos, el deber ser, y formamos a cada miembro con una identidad
clara y definida de lo que debe hacer y lo que no debe, de lo que conviene y lo
que no conviene. En una familia bien estructurada todos hablamos, pensamos y
hacemos en función de un bien común; vamos en una misma dirección, tenemos un
mismo sentir, caminamos en un verdadero acuerdo, EN EL PODER DEL UNO, el cual
no podemos quebrantar porque afectaría, no solo a uno, sino a todos.
1.-En el texto bíblico citado, el
apóstol Pedro nos anima a ser COMPASIVOS en casa, pero posiblemente esto no sea
una tarea común en la familia. Veamos los siguientes escenarios: En alguna ocasión
llegamos todos a casa en la noche y ninguno se ofrece a colaborar por
ejemplo con mamá en la cena o cualquier
tarea que le falte realizar; al parecer a ninguno le importa que tan cansada o
qué tipo de día tuvo, total ella siempre lo hace; o cuando llega papá a casa
después de un arduo día de trabajo y no recibe ningún saludo especial sino
indiferencia y un rosario de cuentos desalentadores; o el hijo que se está esforzando en esa materia que le cuesta un
poco y sus padres no ven su esfuerzo sino el resultado de una nota nada
halagadora; o la falta de afecto, respeto y tiempo que requiere un anciano
(abuelo) que lo único que anhela de ti es eso, un poco de tu tiempo. Estas son
las oportunidades de activar la compasión en tu hogar.
2.-Este pasaje también nos anima a
ser AMIGABLES. Es importante que los padres ejerzan ese rol, que el hijo o los
hijos sientan que su padre al fin y al cabo es su mejor amigo y el hijo sea
para su padre igual. No hay lazo más
estrecho que este.
3.-Por otra parte nos insta a NO
DEVOLVER MAL POR MAL, NI MALDICIÓN POR MALDICIÓN, es decir, si su esposo no se
recordó de una fecha importante no haga usted lo mismo, celébrele aún mejor su
fecha memorable; si tu como hijo, que ya conoces de Dios no has reconsiderado dejar tu comportamiento
rebelde como castigo o retaliación por los malos ejemplos vistos en casa en el
pasado, hoy es tu oportunidad para volverte, debes pedir perdón y ser
obediente.
4.-Por último dice: EN TODO TIEMPO Y
LUGAR BENDICIÉNDONOS UNOS A OTROS, bendiciendo
cada dadiva de Dios y por su puesto bendiciendo a nuestro Señor y
Redentor.
El
hombre sabio edifica su casa en la roca. El primer
escenario donde El Señor quiere verlo en acción es con los suyos, es allí donde
usted como padre va a ejercitar sus
músculos espirituales para prepararse para los próximos retos edificando a
otras familias con su experiencia y
testimonio. Por eso nuestra casa es el
primer lugar que debemos conectar y Consolidar. Siempre debemos orar, ungir e
interceder por nuestra familia. Cuando activamos toda la palabra y los
principios divinos a nuestra casa, entramos al proceso de consolidación y el
resultado solo puede ser uno: ÉXITO; es decir, heredamos la bendición, así
estamos siendo preventivos, estamos solucionando el problema antes de que se
presente, nos estamos evitando malos ratos, dolores de cabeza y preocupaciones.
DECLARE EN FAMILIA: En mi casa todos nos amamos (demuéstrelo con un abrazo
fraternal); amamos al Señor (demuéstreselo con aplausos, besos, gritos...)
pensamos, decimos y hacemos el bien; por lo que ninguna maldición tiene poder
sobre nosotros; las bendiciones son nuestra realidad. Cualquier problema que
pudiese venir en el futuro hoy es anulado con nuestra oración y determinación
de actuar en el poder del acuerdo familiar. Un solo Dios, una misma visión, un
solo final. BENDICION SOBREABUNDANTE Y SOSTENIDA.