Perspectiva apostólica y profética.
Por el profeta Ronny Chaves. Extraído del libro: Atrapa tu tiempo de Honra, capitulo 12.
El libro de Nehemías nos reenfoca correctamente en el mover apostólico. Con frecuencia vemos líderes que pasaron años sumergidos bajo un manto de unción pastoral, y eso muchas veces les impide acceder a la verdadera dimensión del mover apostólico y profético que Dios está restaurando en nuestros días. Ven lo que está sucediendo y lo aceptan sin problemas, pero cuando intentan llevarlo a la práctica , accionan de acuerdo a la mentalidad pastoral bajo la cual se formaron y eso les impide avanzar.
Los capítulos 1 y 2 relatan el llamado de Dios a reconstruir la ciudad de Jerusalén y como consiguió de una manera sobrenatural la provisión y los permisos para realizar la obra. Antes de tomar cualquier decisión, Nehemías recorrió toda la ciudad en ruinas para tener una impresión de primera mano. Allí se dio cuenta de la verdadera dimensión de la tarea de reconstrucción, llegando a la conclusión que no podría lograrlo por sí solo y decidió organizar a los pobladores de la ciudad.
En el capítulo 3 repartió las tareas entre todas las familias dispuestas a participar de la reconstrucción, pero al llegar a la mitad de la obra , aparecieron los enemigos que se oponían a los cambios.
En el capítulo 4 podemos ver como esta lucha va cobrando intensidad hasta llegar a un punto de quiebre donde la oposición comenzó a ser doblegada, aunque sin desaparecer por completo.
En el capítulo 5 vemos a Nehemías asumiendo una función de liderazgo diferente, dedicándose a la reorganización política y administrativa de la ciudad. Una vez que la reconstrucción estaba encaminada, había llegado el momento de limpiar las ruinas que se acumularon dentro de los corazones de sus hermanos, producto de años de desidia. La usura era la manera habitual de hacer negocios de unos pocos prestamistas y eso mantenía al resto de los habitantes de la ciudad bajo el yugo de esclavitud de las deudas.
En el capítulo 6 siguen las maquinaciones de los enemigos en contra de Nehemías. El ata que de la oposición en contra de la tarea de reconstrucción ceso cuando lograron terminar el muro, entonces comenzaron a ser temidos por todos sus vecinos porque ya no eran parte de un pueblo arrasado por el viento; habitaban dentro de una ciudad amurallada.
En el capítulo 7 realizo un censo que determino cuantas personas había en la ciudad y cuantos habían regresado del exilio en Babilonia. Nehemías comenzó a reordenar el sacerdocio dentro de la nación para restablecer oficialmente la adoración a Dios.
En el capítulo 8 surge la figura del escriba Esdras , quien comenzó a instruir al pueblo en la Ley de Moisés, reeducándolo para que comenzaran a funcionar en los mandatos de Dios.
En el capítulo 9 el pueblo es quebrantado profundamente por la Palabra y se arrepintieron por haberse apartado de la voluntad de Dios .
En el capítulo 10 se llevo a cabo un Pacto Nacional , donde todo el pueblo se concertó delante de Dios para comprometerse a cumplir la Ley.
En el capítulo 13 vemos enumeradas algunas de las reformas que se implementaron durante el gobierno de Nehemías.
Principios apostólicos.
1.- Manifestación progresiva.
Toda manifestación de la Unción del Espíritu sigue un orden de influencia progresiva. Casi todos los movimientos apostólicos actuales comenzaron bajo una mentalidad pastoral, pero en la medida que la unción apostólica se fue manifestando, el área de influencia que afectaron es cada vez mayor. Existen cuatro esferas de influencia donde se manifiesta la unción apostólica:
· Liderando una congregación local.
· Uniéndose al resto de los líderes de las congregaciones de la ciudad.
· Formando parte del mover apostólico dentro de una nación.
· Integrando un equipo apostólico para afectar a las naciones.
Estas cuatro esferas de influencia operan al mismo tiempo, aunque respetan diferentes grados y momentos para su manifestación.
2.- Dimensión profética.
Una dimensión refleja la anchura, la profundidad y la extensión de algo. Si trasladamos este concepto al mover profético, las dimensiones de un ministerio están determinadas por la manifestación de estos tres parámetros respecto al rio de Dios. Quizá un líder desarrolle un ministerio extraordinario desde el punto de vista pastoral, pero al mismo tiempo carece de la anchura, la profundidad y la extensión que solo se puede encontrar del rio de la unción apostólica y profética. Esto no quiere decir que quienes no tengan un llamado a ser apóstoles o profetas estén fuera del mover de Dios. Una cobertura apostólica redimensionara al resto de los ministerios para que puedan funcionar en el orden correcto dentro del Reino.
Para que esto pueda ser una realidad , debemos estar abiertos a los diseños divinos para establecer el gobierno de Dios en cada ciudad , nación o continente. Era imposible que Nehemías pudiera reconstruir la ciudad según el diseño de Dios sin tener una visión o una perspectiva profética. En un nivel básico, todo liderazgo ungido por el Espíritu Santo está llamado a reconstruir ciudades y la perspectiva profética abre el campo para poder ver con los ojos de Dios. Esa es la realidad espiritual de la ciudad donde vivimos.
3.-Condiciones para desarrollar una perspectiva profética:
· Intercesión constante bajo unción apostólica y profética: esto nos permitirá ver con los ojos de Dios, reedificando los muros espirituales que protegen la ciudad.
· Desarrollar un ministerio de unidad: debemos buscar a aquellos que nos adversaron para que nos ayuden en la reconstrucción de la ciudad.
· Sin visión apostólica es imposible edificar: la condición para ello es reconocer que cada ministerio de la ciudad es clave para el mover de Dios.
· Reordenar nuestras prioridades conforme a las del Reino: cuando Nehemías propuso la tarea de reconstruir los muros, todas las agendas personales pasaron a un segundo plano.
· Restaurar la unidad de las familias: en tiempos de Nehemías , cada familia tenía su parte de responsabilidad dentro de la reconstrucción del muro. Todas las familias funcionaban como bloques de producción y eso incremento dramáticamente la efectividad de su trabajo.
· Identificar a los enemigos de la reconstrucción de los muros: la intercesión bajo autoridad apostólica y profética hará emerger a los enemigos escondidos detrás de la multitud para que puedan ser confrontados, derribando todo argumento y estrategia contraria al mover de Dios.
· Restituir a la Iglesia su identidad nacional: si no se restituye el nacionalismo, en un sentido SANO de la palabra, nunca se podrá edificar o defender una nación que no se ama profundamente. ¿Cómo se puede gemir por algo que no nos importa? ¿Quiénes tendrían que interceder por la tierra sino aquellos que están destinados a heredarla?
· Provocar un ambiente de reformas profundas: cada vez que Dios produjo un avivamiento en alguna región, primero comenzó a reformar las estructuras de gobierno. Nehemías no se limito a edificar algo bonito, trajo una profunda reforma administrativa, política y social a la nación de Israel.
· Consagrar nuestra vida a los pies del Señor: las características más sobresaliente de Dios es su legalidad, porque El es perfectamente santo, recto, justo y amoroso. Cuando recibimos una revelación profunda de esta realidad sobre nuestra vida, aprendemos a caminar en santidad, pero disfrutando de todas las libertades que Cristo gano para nosotros por medio de la cruz. Nehemías confronto al pueblo por su pecado y lo volvió a alinear con la voluntad de Dios.
· Reenfocarnos en la visión original de Dios: la unción apostólica reubica y promueve a las personas en el lugar correcto dentro de la visión del Reino.
· Restablecer los ministerios correctos: la unción del gobierno apostólico trae un orden administrativo a la iglesia , ubicando a la gente en el ministerio, el tiempo y el lugar correcto. Debe cesar la autopromoción, porque en el Reino de Dios no caben aquellas personas que se nombran a sí mismas para ocupar algún cargo u ostentar algún titulo. Nehemías se tomo el tiempo necesario para leer las genealogías de cada tribu y así determinar el origen de cada persona que aspiraba a ocupar alguna responsabilidad dentro del sacerdocio.
· Provocar a la gente a celebrar a Dios: cuando Moisés se presento ante el Faraón de Egipto le exigió que dejara ir a Israel al desierto para celebrarle fiesta a Dios. Nehemías se ocupo especialmente de reorganizar el orden levítico para restaurar el sacerdocio y la adoración sobre la nación, actuando con suma dureza en contra de aquellos que se habían infiltrado a ministrar dentro del templo. Todo proceso de restauración en Israel involucraba tres figuras u oficios principales: gobierno (apóstoles) , sacerdocio (profetas) y celebración (salmistas). Las naciones necesitan aprender a celebrarle fiesta a Dios y los apóstoles juegan un papel clave en este proceso.
“ El lugar donde ponga su corazón determinara la verdadera dimensión de su llamado”